Disfruto como niño aprendiendo de mis amigos, los veo desenvolverse, luchar, arruinarse, enamorarse. Crezco y renazco contemplándolos bailar a mi alrededor, sin juicios, admiro sus luces y sus sombras.
Hoy aprendo, en la quietud de mi soledad a contemplar la virtud de mis propias sombras, en la última hora del día.