NUDO

Me cuesta domar la palabra, siempre me costó escribirla y decirla, más leerla. Mi letra de niño aunque siempre legible era fea, parecía una hilera de nudos apermasados. Ahora, en esta noche desvelada siento que la palabra me vuelve a enredar en ese nudo y se apodera del hilo que más amo. Salgo a la calle a respirar, camino sin rumbo, se me pasa el frío con la caminata y este aire tibio que precede a la lluvia, sujeto mi hilo con fuerza pero contemplo impotente como a lo lejos en el otro extremo se enreda y se enreda. Y todo lo que digo se transforma, mi palabra se enreda y no son sólo las frases ni las palabras, son las letras, como en un nudo ciego. A pesar de todo me alegra saber que aunque enredado, el hilo sigue en mi mano y que mi palabra mantiene su significado para el que la sabe leer.

He llegado demasiado lejos caminando, inicio el regreso con el mismo nudo con el que partí, con mi palabra desmembrada, enredada, revuelta, cansada de tanto enredo y las letras, uf! las letras parece que se rieran burlonas en este caos. Yo sólo puedo pensar en lo peorsito.

Giuseppe Tanino