MIAU - MIAU


Tus ojos, que se abrieron por primera vez el 12 de agosto de 1908 me miran con dificultad, tu cerebro no me reconoce, pero tu corazón se agita cuando te digo “miau – miau”. Sonríes cuando te digo “te conozco mascarita”. Remato mi aparición arengando “Ay Dios! Cuando seremos dos!”, por fin respondes, “y al año siguiente tres”, contesto “dos pa’ la cabecera” y terminas tú diciendo “y uno pa’ los pies”. Ya sabes quién soy.

"Miauela"

Los odios ya se extinguieron, el egoísmo se durmió en el tiempo, todo tu sufrimiento es ahora sólo una sombra siniestra que a veces te visita. La familia ahora está unida y sólo viven los recuerdos galantes, la pastelería, los chistes picantes, la casa y sus cortinas de terciopelo, el vitreaux en el techo del living, la biblioteca y sus colecciones empastadas, la escala de mármol, los tapices gobelinos, el silencio de una casa que ya no existe.

Ahora que cumples 99 años no sé qué regalarte, el mejor regalo me lo has dado tú al reconocerme y pronunciar mi nombre. Me dices que algo te duele adentro, no sabes qué es. Tomo tus manos que están congeladas, me las entregas confiadamente. Lentamente se entibian con las mías, se relajan, recibes todo de mí como si estuvieras vacía. Tus manos ya están calientes y te has quedado dormida.

Feliz cumpleaños “miau – miau”

Taninito